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AceptaciónSeminario intensivo
Sábado 10.30 hrs. a 13.30 hrs y de 15 hrs a 19.30 hrs
Domingo de 10 hrs a 13 hrs. y de 14.30 a 18 hrs
En este seminario trabajaremos con los bloqueos energéticos del cuerpo físico, emocional y psicológico. Esto nos pondrá en contacto con nuestra energía vital que nos llevará a explorar la relación entre el cuerpo, las emociones y los pensamientos.
Los bloqueos no son sólo psicológicos, con el tiempo se vuelven rigideces musculares que se manifiestan a través de contracturas y dolores. Estos bloqueos congelan el flujo de energía, lo que puede producir, a partir de este congelarse, enfermedades orgánicas. Encontrándonos con nuestros bloqueos energéticos en el cuerpo físico podremos descubrir lo que está debajo de esos bloqueos, las diferentes emociones como tristeza, rabia, enojo, ira. De esa manera y a partir del encuentro con estas emociones podremos transformarlas para llegar a la esencia de lo que somos y poder preguntarnos también “¿quién soy?”.
La clave para restaurar la salud es disolver la congelada armadura corporal.
¿Es posible celebrar la tristeza?
Osho dice:
“no te identifiques con la tristeza. Transfórmate en su testigo y disfruta del momento de la tristeza, porque la tristeza tiene su propia belleza. Nunca te has fijado en ello. Te identificas tanto, que nunca penetras en la belleza de un momento triste. Si te fijas, te sorprenderás de los tesoros que te has estado perdiendo. Fíjate: cuando eres feliz nunca eres tan profundo como cuando estás triste. La tristeza tiene profundidad. La felicidad tiene algo de superficial. Observa la gente feliz. Sumérgete en su profundidad, obsérvala. La felicidad es ruidosa; la tristeza tiene un cierto silencio. La felicidad puede ser como el día, la tristeza es como la noche. La felicidad puede ser como la luz, la tristeza es como la oscuridad. La luz va y viene; la oscuridad permanece, es eterna. La luz se presenta a veces; la oscuridad está siempre ahí. Si penetras en la tristeza sentirás todas estas cosas. De pronto te darás cuenta de que la tristeza está ahí como un objeto, tú la estás observando, eres testigo de ella, y repentinamente empiezas a ser feliz.
¡Qué bella es la tristeza!”.